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Lección 7 Cómo leer y estudiar la Biblia 2ª Parte

Actualizado: 3 feb 2020


El otro día vimos 4 razones por las cuales necesitamos aprender a leer y estudiar la Biblia:

1. Porque no está siendo eficaz a la hora de transformar mi vida.

2. Porque no sabemos leer bien.

3. Porque no sabemos interpretarla correctamente.

4. Porque no sabemos cómo establecer hábitos y principios para la lectura y estudio eficaz.


Hoy vamos a comenzar hablando de la primera y segunda razón que es cómo tener una lectura buena (técnicamente hablando) y eficaz a la hora de transformar mi vida.



Y vamos a ver una lista de ERRORES COMUNES que se cometen a la hora de leer la Biblia y CONSEJOS para corregir estos errores:



De esto depende en gran manera cómo afectará la Biblia a tu vida. A lo que tú valoras lo cuidas como si fuera un tesoro.




Tenemos una memoria muy corta y tendemos a hacer las cosas por rutina y sin pasión, se convierte en algo normal.



La Biblia no es un libro cualquiera y es únicamente por medio del Espíritu Santo que podemos discernir lo que el Señor quiere ministrarnos o enseñarnos por medio de ella.


1 Corintios 2:14 Nueva Traducción Viviente (NTV)

14 pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir.


Juan 5:39-40 (NVI)

39 Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! 40 Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.



Personalmente pienso que es más importante escuchar a Dios primero que nosotros hablarle a Él de nuestras cosas. Cuando escuchamos a Dios primero, nuestras cosas a veces se convierten en asuntos sin importancia o muchas preguntas son respondidas de antemano. A mí me ha pasado más de una vez que al final mi tiempo de oración después de la lectura bíblica no ha sido otra cosa sino una reflexión de lo que Dios me ha hablado, una gratitud por lo que me ha mostrado o recordado.



Posiblemente lo conozcas, pero eso puede hacerte ver a esa historia como algo repetitivo que ya conoces de sobra y anule tu expectativa, lo cual se convierte en un error. Recordemos lo que dice Hebreos 4:12 “la palabra de Dios es viva… y eficaz”.




Realmente la Biblia está llena de historias y enseñanzas, pero si lo ves solamente como eso te perderás el mensaje central que marcará realmente tu vida y es el amor de Dios por el ser humano revelado en la persona de Cristo desde el principio hasta el final.



Recuerda cuando de niño o joven recibías una carta de amor de la persona que te gustaba o de tu novia, no veías el momento de cerrarte en tu cuarto y leer una y otra vez esa carta de amor, o quizás cuando te llegaba un sms o whatsapp, lo leías y releías porque había pasión por la persona de la cual recibías ese mensaje escrito. De manera similar debemos leer la Biblia como una carta de amor de Dios a nosotros.


Poco después de su resurrección, como se describe en Lucas 24, Jesús se encuentra con dos hombres y les explica el secreto más importante para el estudio de la Biblia: Todo—desde el Génesis hasta el Apocalipsis—sobre él. “¡Qué torpes son ustedes—les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.”

Pero no fue sino hasta después de su resurrección que Jesús habló de esta manera. Durante su ministerio en la tierra explicó su lugar central en la gran historia a los expertos locales en las Escrituras: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida…. Si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él.”


Verás, una cosa es conocer historias de la Biblia; y otra es conocer la historia de la Biblia. Una cosa es estar consciente de la historia de muchos héroes y otra es conocer al mismo héroe.


Se dice que el Antiguo Testamento es “Jesucristo oculto” y el Nuevo Testamento es “Jesucristo revelado.” De principio a fin, la historia de la Escritura espera con entusiasmo y encuentra su resolución final en el hijo redentor de Dios.


Aquí hay un marco simple que me ha ayudado a interpretar las Escrituras con el Salvador en la mente:


Antiguo Testamento: Anticipación

Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan): Manifestación

Hechos: Proclamación

Epístolas (cada libro entre Hechos y el Apocalipsis): Explicación

Apocalipsis: Consumación

No importa a donde voltees, la Biblia es acerca de Jesús.



Piensa, ¿qué pretendo por leer más rápido? ¿consigo algo realmente con eso?






Tenemos que intentar que el tiempo que dediquemos tanto a la lectura devocional como al estudio bíblico sean momentos en los cuales estemos totalmente concentrados en lo que estamos haciendo, sino estaremos perdiendo el tiempo.




Al no ser un libro cualquiera, sus palabras no están puestas por casualidad, todo tiene un por qué y no está puesto al azar o porque sí. Ningún detalle es trivial en la Biblia, nos perdemos muchas cosas cuando hacemos una lectura superficial o podemos errar al interpretar.




La meditación es indispensable, sin ella es como si no hubiésemos leído la Biblia. Y la oración es el momento de quietud en donde esa meditación empieza a hacerse vida en nosotros por medio del Espíritu.



Vamos a explicar esto un poquito mejor.


Hay dos formas principales en que debemos leer la Biblia: Devocional y estudio bíblico.


¿Qué es el devocional?

Es un tiempo diario en el cual tengo intimidad y relación con Dios en quietud, apartado, con tranquilidad, para que Dios me hable y para abrirle mi corazón a Él. En ese tiempo devocional debe de haber varios componentes: oración, adoración y gratitud, lectura y meditación.


¿Cómo hacer mi tiempo devocional?


1. Aparta un tiempo prioritario en el día porque este va a ser el momento más importante de todo el día y deberías de verlo de esa manera. Personalmente recomiendo que ese tiempo sea en la mañana y sea lo primero que hagas, aunque te tengas que levantar temprano. Si es necesario acuéstate el día anterior antes para poder descansar bien. Calcula un tiempo adecuado para no ir apresurado, sino hacerlo tranquilamente.


2. Comienza con una oración breve dándole gracias a Dios por el día y diciéndole que lo necesitas, que dependes de Él, exprésale adoración y gratitud y pídele que te ministre en esa mañana tanto por medio de su Palabra como durante el tiempo de oración.


3. Dedica un tiempo a la lectura bíblica, preferiblemente con textos no demasiado largos. Yo recomiendo usar un buen libro de devocionales que te ayudará mucho en esa tarea porque no solamente selecciona un texto a diario, sino que te ayuda a meditar en él. Si prefieres no usar un libro de devocionales, entonces te recomiendo que escojas una lectura de los evangelios o las epístolas acompañado de una buena biblia de estudio con comentarios bíblicos que te faciliten la meditación.


4. Apunta lo que Dios te habla en ese devocional a diario en una agenda o libreta, usando tus palabras, meditando en lo que has leído.


5. Luego de esto ve a orar comenzando con la meditación de lo que el Señor te ha ministrado con su Palabra pidiéndole al Espíritu Santo que te guíe para poder aplicar o discernir en profundidad aquello que has leído.


6. Pídele al Espíritu que te guíe en el resto de la oración. Romanos 8:26-27 (NTV) 26 Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios.


7. Ora con total honestidad y sensible a su voz, pidiendo por todo aquello que vayas sintiendo.


8. Si el Señor te habla algo concreto, apúntalo en tu agenda o libreta para que no se te olvide y puedas llevarlo a cabo.


9. Vuelve a leer tus apuntes semanalmente y mensualmente reflexionando sobre ellos.


10.Comparte con otros lo que el Señor te está hablando y verás como Dios te usa.


Ahora veamos la segunda manera de leer la Biblia, el estudio bíblico.


¿En qué se diferencia el estudio bíblico del tiempo devocional?

El tiempo de estudio bíblico es para acercarme a las Escrituras en un tiempo de lectura más amplio que el devocional, para conocer el texto bíblico más profundamente y memorizarlo en la medida de lo posible. También es un tiempo en donde leo el mensaje completo de la Biblia periódicamente, es decir, la Biblia entera, libros enteros, epístolas enteras, refrescando el mensaje bíblico en mi mente y corazón.

Además, puede ser un tiempo en el cual investigue sobre ciertos temas sobre los cuales tengo dudas o quiero aprender más.


¿Es suficiente con participar de un estudio bíblico en la iglesia?

Es muy importante participar de un estudio en tu iglesia, pero debes procurar además apartar tiempo para estudiar por ti mismo la Biblia.


¿Cómo hacer mi estudio bíblico?







Hay dos maneras principales para el estudio de la Biblia: libro por libro y por temas.

Hay 261 capítulos en el Nuevo Testamento Si lees 3 capítulos por día, terminaras de leer el Nuevo Testamento en 90 días. Si lo que querías era leer toda la Biblia, puedes leer 3 capítulos del Nuevo Testamento y 4 capítulos del Antiguo Testamento por la tarde; terminarás el Nuevo Testamento en 87 días. Te quedarán 668 capítulos del Antiguo Testamento. Si lees 3 por la mañana y 4 por la tarde hasta terminar, habrás leído la Biblia en unos 6 meses. Sin embargo, es mucho mejor leer 3 capítulos por día. No te preocupes por cuánto tardes en leerla.


Una buena manera de estudiar un libro de la Biblia es intentar leerlo de tirón o escucharlo en audio para empezar, y luego detenidamente leerlo de nuevo por capítulos y desarrollándolo.




Tres Pasos Vitales para estudiar tomando tus propios apuntes:

Observar, interpretar, aplicar.


1) Observación: ¿Qué dice?

El primer paso es la observación. Cuando abrimos la palabra de Dios, nuestra tarea fundamental es simplemente ver lo que hay ahí.

La buena noticia es que la observación no es complicada. Principalmente consiste en leer lenta y cuidadosamente para poder recopilar los datos básicos de quién, qué, dónde y cuándo. Algunas buenas preguntas para tener en cuenta incluyen:

¿Acaso hay palabras o ideas repetidas?

¿Quién está hablando o escribiendo?

¿A quién le están hablando o escribiendo?

¿Quiénes son los personajes principales?

¿Dónde está sucediendo esto?

¿Existen palabras que muestran cronología?

¿Existen contrastes, comparaciones o declaraciones condicionales?

¿Cuál es la progresión lógica en el argumento del autor?

¿Existen palabras que indican el ambiente, el estado de ánimo y las emociones?

¿Cuáles son las divisiones de la sección y las palabras de enlace?

¿Qué es lo que no entiendo aquí?

La observación bíblica no tiene que ser un proceso extenso y laborioso. No necesitas preguntar y responder a cada pregunta conscientemente. Cuanto más te involucras con la Biblia, más alerta te vuelves a este tipo de cosas.


2) Interpretación: ¿Qué significa?

El siguiente paso es la interpretación. Ya has considerado lo que dice el pasaje, pero, ¿qué significa? Hacer preguntas como estas puede ayudarte:

¿Acaso el contexto circundante aclara cualquier confusión de palabras o frases? (Es aconsejable examinar el contexto “más cercano”—otros versículos en el mismo capítulo u otros capítulos en el mismo libro—antes de consultar pasajes o recursos externos “más lejanos.”)

¿Cómo podría parafrasear este pasaje en mis propias palabras?

¿Por qué el autor bíblico escribió este pasaje en particular? ¿Por qué el autor sentía que era necesario incluirlo?

¿Mi interpretación es coherente con lo que he visto en la etapa de observación, o es demasiado dependiente de algunos detalles?

¿Acaso otros pasajes de las escrituras llenan mi interpretación? (El refrán, “Deja que las Escrituras interpreten las Escrituras,” nos recuerda dejar que pasajes más claros arrojen luz sobre los versículos más complejos.)

¿Dónde cae este pasaje en la historia redentora? ¿Cómo encaja dentro de la enseñanza de la Biblia como un conjunto?


3) Aplicación: ¿Cómo debo responder?

Después de la observación e interpretación viene la aplicación. Este es el objetivo final del estudio de la Biblia. En las primeras dos etapas estudias el texto; ahora el texto te estudia a ti. Renunciar prematuramente antes de aplicar lo que observaste e interpretaste es como masticar sin tragar.

La Biblia en sí es clara sobre la importancia de avanzar hacia la obediencia mediante la comprensión. Preguntas útiles para reflexionar en esta etapa incluyen:

¿Qué es algo que aprendí acerca de Dios—su carácter, su plan, sus prioridades, sus promesas, sus deseos, sus caminos?

¿Qué es algo que aprendí de mí mismo? ¿De mis amigos? ¿Del mundo?

¿Cuáles son los aspectos de la “condición caída" que se muestran en el pasaje (es decir, ¿qué aspecto del pecado humano o quebrantamiento es más evidente aquí?)? ¿Cómo se muestra la “solución redentora” aquí (es decir, ¿qué aspecto de la gracia de Dios es más evidente en el pasaje?)?15

¿Cómo afecta el Evangelio—la noticia impresionante de lo que Dios logró a través de la vida, muerte y resurrección de Jesús—mi comprensión de este pasaje? Por el contrario, ¿cómo aumenta mi comprensión del Evangelio este pasaje?

¿Cómo debo cambiar mi pensamiento o forma de vida basado en lo que he aprendido?

¿Cómo debería estar orando a la luz de este pasaje?

¿Existe un estímulo o promesa aquí en el cual debo meditar?

¿Qué implicaciones tiene este pasaje en la forma en la que me involucro con otros?


Estudiar la Biblia lleva trabajo, pero la recompensa no tiene precio. La Biblia es un tesoro de verdad, belleza, energía y sabiduría sin fondo. La razón última por la que nos esforzamos para comprender la Palabra de Dios es que podamos saber y agradar al Señor de la Palabra.





A veces se hace más fácil leer un libro porque te atrapa con más facilidad, pero esto puede ser una trampa que te aleje de la Biblia. Nunca sustituyas la lectura de la Biblia por muy bueno y atrayente que sea un libro cristiano o predicación o porque te interese conocer sobre un tema concreto. La Biblia es prioridad, los libros son muy buenos y necesarios, pero sin dejar de leer nuestras biblias. Lee todos los libros que puedas, pero nunca dejes de leer tu biblia. Si te interesa averiguar sobre un tema en concreto, déjalo para un tiempo especial de estudio, pero no sustituyas nunca eso por tu tiempo devocional y de estudio bíblico.



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