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Lección 11 El contexto cultural y de traducción | Introducción a la Biblia




Hoy vamos a estar viendo los dos últimos contextos que nos quedan para poder interpretar correctamente la Biblia, que son el contexto cultural y el contexto de traducción.


CONTEXTO CULTURAL:




A la hora de interpretar la Biblia es indispensable conocer el contexto cultural de los tiempos bíblicos.


Entre nosotros hay diferencias culturales por el simple hecho de nacer en uno u otro país o dependiendo de dónde vivamos en la actualidad tendremos una serie de costumbres. A veces esas diferencias se dan incluso hasta dentro del mismo país, simplemente entre una región y otra. Ahora imagínate la brecha que hay entre el mundo oriental y el occidental, y súmale a eso la brecha de miles de años de historia, con el cambio que sufren las sociedades y las distintas generaciones. Esto hace indispensable que tengamos en cuenta que la Biblia está escrita y sus historias sucedieron en una cultura muy diferente a la nuestra y por esto es que necesitamos conocer el contexto cultural si es que queremos entender correctamente e interpretar debidamente el texto bíblico.


Gracias a las herramientas que tenemos hoy en día es muy fácil el poder conocer el contexto cultural de los tiempos bíblicos, porque estudiosos han hecho ya el trabajo por nosotros.


Hoy veremos esto con algunos textos bíblicos, y vamos a empezar con la Epístola a Filemón, la cual estuvimos estudiando la clase pasada para ver la importancia del contexto histórico.


LA ESCLAVITUD:


La epístola a Filemón trata de que Pablo le escribe a Filemón, el cual era un colaborador suyo perteneciente a la iglesia de Colosas (Colosenses), y este tenía un esclavo que se llamaba Onésimo, el cual le había robado y había salido huyendo dirección a Roma en donde conoció al apóstol Pablo y se convirtió. Pablo le pide a Filemón que perdone a su esclavo Onésimo y que lo reciba de vuelta como le recibiría a él.


¿Según esta epístola apoya la Dios y la Biblia la esclavitud? ¿está Pablo a favor de tener esclavos?


Existe una tendencia a considerar la esclavitud como algo del pasado. Pero se estima que hoy en día hay más de 27 millones de personas en el mundo que están sujetas a la esclavitud: trabajo forzado, comercio sexual, propiedad hereditaria, etc. Como aquellos que han sido redimidos de la esclavitud del pecado, los seguidores de Jesucristo deben ser los principales defensores de la eliminación de la esclavitud humana en el mundo de hoy. La pregunta que surge, sin embargo, es: ¿por qué la biblia no se pronuncia enérgicamente en contra de la esclavitud? ¿Por qué la biblia, de hecho, parece apoyar la práctica de la esclavitud humana?


La biblia no condena específicamente la práctica de la esclavitud pero sí da instrucciones de cómo deben ser tratados los esclavos en Deuteronomio 15:12-18; Efesios 6:9; Colosenses 4:1, pero no la prohíbe del todo. Muchos ven esto como si la biblia permitiera todas las formas de esclavitud. Lo que mucha gente no entiende es que la esclavitud en los tiempos bíblicos, era una forma de esclavitud muy diferente a la que se practicaba en los siglos pasados en muchas partes del mundo. La esclavitud en la biblia no estaba basada en la raza. La gente no era esclavizada por su nacionalidad o por el color de su piel. En los tiempos bíblicos, la esclavitud era más bien un estatus social. La gente se vendía como esclavos cuando no podían pagar sus deudas o mantener a sus familias. En los tiempos del Nuevo Testamento, algunas veces los doctores, los abogados y aún políticos eran esclavos de alguien más. De hecho, algunas personas elegían ser esclavos para tener cubiertas todas sus necesidades por sus amos.


La esclavitud de los siglos pasados con frecuencia estaba basada exclusivamente en el color de la piel. En Estados Unidos, la gente negra era considerada como esclava por su nacionalidad; muchos dueños de esclavos verdaderamente creían que las personas negras eran “seres humanos inferiores” a la gente blanca. La biblia condena la esclavitud basada en la raza, ya que enseña que todos los hombres son creados por Dios a Su imagen y semejanza (Génesis 1:27).


Al mismo tiempo, el Antiguo Testamento permitió la esclavitud basada en la economía y la reguló. El punto clave es que la esclavitud permitida en la biblia de ninguna manera se asemeja a la esclavitud racial que plagó nuestro mundo en los siglos pasados.

Además, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento condenan la práctica del "robo de hombres", que es lo que ocurrió en África en el siglo XIX. Los africanos fueron acorralados por cazadores de esclavos, quienes los vendieron a traficantes de esclavos, que los trajeron al Nuevo Mundo para trabajar en plantaciones y granjas. Esta práctica es aborrecible para Dios. De hecho, la pena por tal crimen en la Ley de Moisés era la muerte: "Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá" (Éxodo 21:16). De manera similar, en el Nuevo Testamento, los traficantes de esclavos se mencionan entre aquellos que son "impíos y pecadores" y están en la misma categoría que aquellos que matan a sus padres o madres, asesinos, adúlteros y pervertidos, y mentirosos y perjuros (1 Timoteo 1:8-10).


En el Imperio Romano se ha estimado que la mitad de la población del Imperio, o cerca de 60 millones de gentiles, eran esclavos. Los amos se comportaban de manera brutal con sus esclavos. En el Imperio Romano el esclavo no tenía los derechos sobre su vida, el amo podía mandar crucificar a un esclavo por cualquier razón. Augusto César mandó crucificar 30 mil esclavos durante su reinado.


Los apóstoles no intentaron abolir la esclavitud, hubiera sido imposible y hubieran perdido el rumbo. El evangelio es el que trae libertad a las vidas y por tanto a la sociedad.

Otro punto crucial es que el propósito de la biblia es señalar el camino a la salvación, no reformar la sociedad. Con frecuencia la biblia aborda temas desde adentro hacia fuera. Si una persona experimenta el amor, la misericordia y la gracia de Dios, recibiendo Su salvación, Dios reformará esa alma, cambiando su forma de pensar y actuar. Una persona que ha experimentado el don de la salvación de Dios y la libertad de la esclavitud del pecado, mientras Dios transforma su alma, se dará cuenta de que el esclavizar a otro ser humano es malo. Podrá ver como Pablo, que un esclavo puede ser "como hermano amado...en el Señor" (Filemón 1:16). La persona que realmente ha experimentado la gracia de Dios, reflejará también esta gracia hacia otros. Esa sería la receta de la biblia para la terminación de la esclavitud.


Cuando la ley fue dada en el monte Sinaí la esclavitud era universal entre las naciones del mundo. No sería práctico terminar con ella de una sola vez. Más bien, las leyes fueron dadas para prevenir abusos y males entre ellos.


LA POLIGAMIA:


¿Por qué permitía Dios la poligamia en la Biblia?


La pregunta de la poligamia en la Biblia es interesante porque la mayoría de la gente en la actualidad ve la poligamia como inmoral, mientras que la Biblia en ninguna parte la condena explícitamente. El primer caso de poligamia /bigamia en la Biblia fue el de Lamec en Génesis 4:19, “Y Lamec tomó para sí dos mujeres…”. Muchos de los hombres prominentes en el Antiguo Testamento fueron polígamos. Abraham, Jacob, David, Salomón y otros todos tuvieron varias esposas. Salomón tuvo 700 esposas y 300 concubinas (esencialmente esposas, pero de un menor rango) de acuerdo a 1 Reyes 11:3. ¿Qué debemos hacer con estos ejemplos de poligamia en el Antiguo Testamento?


Hay tres preguntas que necesitan ser respondidas:

(1) ¿Por qué permitió Dios la poligamia en el Antiguo Testamento?

(2) ¿Cómo ve Dios la poligamia en la actualidad?

(3) ¿Por qué cambió?


(1) ¿Por qué permitió Dios la poligamia en el Antiguo Testamento? La Biblia no dice específicamente porqué Dios permitió la poligamia. Mientras especulamos sobre el silencio de Dios, hay algunos factores claves para considerar. Primero, siempre ha habido más mujeres que hombres en el mundo. Estadísticas actuales muestran que aproximadamente el 50.5% de la población mundial son mujeres, representando los hombres el 49.5%. Asumiendo los mismos porcentajes en tiempos antiguos, y multiplicándolos por millones de gente, habría decenas de miles de mujeres más que de hombres. Segundo, la guerra en tiempos antiguos era especialmente brutal, con un increíble alto porcentaje de muertes. Esto habría resultado en un porcentaje aún mayor de mujeres respecto a los hombres. Tercero, debido a las sociedades patriarcales, era casi imposible para una mujer soltera mantenerse por ella misma. Generalmente las mujeres carecían de educación y preparación. Las mujeres dependían de sus padres, hermanos y esposos para su provisión y protección. La mujer soltera con frecuencia estaba expuesta a la prostitución y esclavitud. La significativa diferencia entre el número de mujeres y hombres habría dejado a muchas, muchas mujeres en una situación indeseable.


Así que, parece que Dios permitió la poligamia para proteger y proveer para la mujer que de otra manera no pudiera encontrar un esposo. Un hombre tomaría varias esposas y serviría como el proveedor y protector de todas ellas. Mientras que definitivamente esto no es lo ideal, vivir en una casa con poligamia era mucho mejor que las otras alternativas: prostitución, esclavitud, inanición, etc. Adicionalmente del factor protección/provisión, la poligamia permitió una expansión más rápida de la humanidad, cumpliendo con el mandato de Dios de “…fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella” (Génesis 9:7). Los hombres son capaces de embarazar a varias mujeres en el mismo período de tiempo, causando un más acelerado crecimiento de la humanidad, que si cada hombre pudiera procrear solo un hijo por año.


(2) ¿Cómo ve Dios la poligamia en la actualidad?Aun cuando se permitía la poligamia, la Biblia presenta la monogamia como el plan que se ajusta más al ideal de Dios para el matrimonio. La Biblia dice que la intención original de Dios fue que un hombre estuviera casado solo con una mujer, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola (singular) carne” (Génesis 2:24). Mientras que Génesis 2:24 describe lo que es el matrimonio, en lugar de cuántas personas deben integrarlo, se debe notar el uso consistente del singular. En Deuteronomio 17:14-20, Dios dice que los reyes no debían multiplicar esposas (o caballos u oro). Aunque esto no puede ser interpretado como un mandato de que los reyes debían ser monógamos, si se puede entender como una declaración de que el tener varias esposas es causa de problemas. Esto puede verse claramente en la vida de Salomón (1 Reyes 11:3-4).


En el Nuevo Testamento, 1 Timoteo 3:2, 12 y Tito 1:6 señala: “marido de una sola mujer” en una lista de requerimientos para el liderazgo espiritual. Hay alguna discrepancia en cuanto a lo que estos requerimientos se refieren específicamente. La frase puede ser traducida literalmente “marido de una sola mujer”. Ya sea que esta frase se refiera o no exclusivamente a la poligamia, de ninguna manera un polígamo puede ser considerado “marido de una sola mujer”. Mientras que estas cualidades son específicamente para ministerios de liderazgo espiritual, éstas deben aplicarse por igual a todos los cristianos. ¿No todo cristiano debe ser “irreprensible,…sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro” (1 Timoteo 3:2-4)? Si somos llamados a ser santos (1 Pedro 1:16), y si estas normas son santas para los ancianos y diáconos, entonces son santas para todos.


Efesios 5:22-33 habla de la relación entre esposos y esposas. Cuando se refiere a un esposo (singular), siempre se refiere a una esposa (singular). “… el marido (singular) es cabeza de la mujer (singular) … “El que ama a su mujer, (singular) a sí mismo (singular)se ama” … “Por esto dejará el hombre (singular) a su padre y a su madre y se unirá a su mujer (singular), y los dos serán una sola carne” … “...cada uno de vosotros ame también a su mujer (singular) como a sí mismo, y la mujer respete a su marido (singular)”. Mientras que de alguna manera es un pasaje paralelo, en Colosenses 3:18-19, se refiere a maridos y a esposas en plural, es claro que Pablo se está dirigiendo a todos los esposos y esposas entre los cristianos colosenses, no declarando que un esposo pueda tener varias esposas. En contraste, Efesios 5:22-33 está describiendo específicamente la relación matrimonial. Si la poligamia fuera permisible, toda la ilustración de Cristo en relación con Su cuerpo (la iglesia), y la relación de esposo-esposa, se desmoronaría.


(3) ¿Por qué cambió? No es tanto que Dios desapruebe algo que Él aprobó previamente como lo es en la restauración del matrimonio a Su orden original. Aun regresando a Adán y Eva, la poligamia no fue la idea original de Dios. Dios parece haber permitido la poligamia para resolver un problema, pero no es lo ideal. En la mayoría de las sociedades modernas, no hay en lo absoluto la necesidad de poligamia. En la mayoría de las culturas actuales, las mujeres son ya capaces de proveer y protegerse ellas mismas, – quitando el único aspecto “positivo” de la poligamia. Es más, la mayoría de las naciones modernas prohíben la poligamia. De acuerdo a Romanos 13:1-7, debemos obedecer las leyes establecidas por los gobiernos. La única instancia en las Escrituras por la cual es permitido desobedecer la ley, es si ésta contradice los mandamientos de Dios (Hechos 5:29). Puesto que Dios solo permitió la poligamia y no la ordenó, se debe mantener una ley que prohíba la poligamia.

¿Existen algunas circunstancias en las cuales aún pueda permitirse la poligamia en nuestros días? Tal vez, pero es difícil creer que no haya otra posible solución. Debido al aspecto matrimonial de “una sola carne”, la necesidad de singularidad y armonía en el matrimonio, y la falta de alguna necesidad real para la poligamia, es nuestra firme creencia que la poligamia no honra a Dios y no es su idea del matrimonio.


Veamos varios ejemplos más:


Su padre aún no había muerto, pero en la cultura hebrea era una cuestión de honra y respeto el pasar los últimos años de su vida junto a su padre, entre otras cosas para ganarse la herencia. De hecho, el irse era prácticamente una garantía de perder la herencia o el negocio familiar, que era como estaba prácticamente organizada la sociedad, bajo negocios u oficios familiares. Por tanto, este joven ponía en riesgo su estabilidad y sustento económico, su futuro.


En la parábola del hijo pródigo el padre no solamente es bueno al recibirlo de vuelta a casa y no reprocharle nada, sino que es bueno al darle la herencia antes de tiempo porque si quería no se la daba porque no le correspondía.


Este joven sopesó entre su estabilidad económica o seguir a Jesús de inmediato, quiso postergar el llamado para tener primeramente una estabilidad económica, lo cual era poner su confianza en las cosas de este mundo antes que en Dios y así no se puede seguir a Jesús, por eso Jesús decía, no se puede servir a dos señores, o servís a Dios o servís a las riquezas.


Jesús debe tener el primer lugar en nuestras vidas sino no podemos ser sus discípulos, es incompatible. Él debe de ser nuestra perla de gran precio por la cual estemos dispuestos a dejarlo todo para seguirle, si le tenemos a Él lo tenemos todo.



Aquí parece que Jesús le estaba enseñando mala educación, malos modales, pero debemos entender que los saludos orientales en esa cultura duraban 30 minutos como mínimo; imagínate si con cada persona que conoces te paras a hablar más de 30 minutos en medio de una misión. La cultura oriental de los tiempos bíblicos era una cultura que precisamente no se caracterizaba por el ajetreo de la actualidad en dónde vamos casi prácticamente corriendo a todos lados porque nos falta el tiempo y apenas fomentamos las relaciones interpersonales. Antes no era así.


En este caso, Jesús les está dando la idea de la importancia de la urgencia de la misión, porque el contexto literario nos habla de que Jesús estaba comisionando a sus discípulos a una misión evangelística y les dice que no se entretengan y estén centrados en aquello para lo que son comisionados.


Nosotros debemos recordar que hemos sido llamados al ministerio de la reconciliación, reconciliar al mundo con Dios, predicando el evangelio a toda criatura y que eso urge por encima del resto de cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas os serán añadidas.


EL HIJO PRÓDIGO Y EL ABRAZO AL RECIBIRLO:


Si el padre de la parábola no hubiese salido a recibirlo entonces la vecindad podría haber apedreado a ese hijo por su desfachatez y deshonra a su familia. Al recibirlo el padre con los brazos abiertos antes de llegar a la casa, estaba diciendo en alta voz delante de todo el mundo, lo perdono y vuelve a tener sus derechos como hijo mío, que a nadie se le ocurra hacerle nada. Todo eso lo entendemos al estudiar el contexto cultural.


Ahora vamos a ver el contexto de traducción:




Finalmente llegamos al contexto de traducción, que es básicamente ¿qué dice el idioma original? Sabemos que a veces las traducciones al español pierden significado y es por esto que nos viene muy bien a veces recurrir a los idiomas bíblicos con herramientas tales como diccionarios de hebreo y griego en donde extraemos un mejor significado de algunas palabras que no han sido acertadamente traducidas o que pueden dar lugar a confusión.


Es cierto que cada vez están mejor traducidas las Biblias y este problema se va solventando dentro de las dificultades que ya de por sí tiene las diferencias entre los idiomas bíblicos y el español actual. Como hemos dicho anteriormente, el griego koiné usado en el N.T. era un idioma mucho más rico en lenguaje que el nuestro y además ya es una lengua muerta, es decir, el griego actual no es el mismo que el griego koiné, de la misma manera que el español de antaño no es el mismo de ahora, ha variado mucho.


Veamos algún ejemplo de esto:



Este versículo se ha interpretado mal por un mal uso de las palabras atar y desatar.

Por causa de una mala interpretación desde hace muchos años atamos y desatamos demonios, desatamos bendición financiera, salud, etc.


Estos términos eran muy comunes en el lenguaje rabínico judío de la época de Jesús y sólo aparecen en el evangelio de Mateo que es un evangelio dirigido o escrito principalmente para los judíos.


En Mateo 16:19 vemos que Jesús le da a Pedro las llaves del reino de los cielos, es decir, autoridad como líder, para atar y desatar en la tierra teniendo su repercusión en el cielo.

En el segundo caso, el contexto es un conflicto entre hermanos en una sinagoga, siendo el perdón el tema a tratar (Mateo 18:15-17).


Atar en el lenguaje rabínico es “prohibir”.

Desatar en el lenguaje rabínico es “permitir”.


Los rabinos lo que hacían en las sinagogas era prohibir o permitir ciertas cosas que no estaban incluidas en la Torá, es decir, la ley de Moisés. Por ejemplo, la Torá prohibía trabajar el séptimo día, pero no especifica qué actividades eran consideradas como trabajo, así que decidieron que caminar 900 metros era trabajar y entonces prohibían “ataban” a las personas a caminar más de eso un sábado.


¿Cómo aplicamos entonces estos versículos?

La Palabra no nos dará toda la información sobre cómo tratar ciertos asuntos en la iglesia, entre hermanos, pero si nos ha dado al Espíritu Santo para guiarnos y autoridad a sus ministros para tomar esas decisiones en el Espíritu, prohibir y permitir. Por eso vemos en la Epístola a los Corintios, como Pablo les dice a los hermanos que expulsen de la iglesia a aquel hermano que se estaba acostando con su madrastra y que era sabido por toda la iglesia, para que se arrepintiera. Le estaban de alguna manera prohibiendo el acceso a la congregación por su actitud adúltera y sin temor de Dios.



Esto es un modismo hebreo, una forma de expresar la supremacía de una cosa sobre la otra. La traducción correcta sería “amar menos que…” o dejar en un segundo lugar. Lo mismo pasa en Romanos 9:13.




Lo mismo sucede con esta frase que se repite varias veces en el A.T. En el hebreo era una forma de expresar lo que Dios sintió. Dios no se puede arrepentir. Realmente la palabra no está bien traducida, ya que más bien quiere expresar en el hebreo la idea de que sintió un dolor y lamento muy fuerte en su corazón, como cuando un padre ve que su hijo hace algo mal o se está destruyendo la vida.


Terminamos con esto esta asignatura que esperamos haya sido de mucha bendición para vuestra vida y os haya alentado a estudiar la Biblia de manera reverente, concienzuda y correcta. La Palabra de Dios es vida, en ella está todo cuanto necesitamos, escudriñémosla, amémosla, apliquémosla. Que Dios os bendiga.

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